Remate de Poesía 17

miércoles, 26 de septiembre de 2018
Irrealidad

De fuego la tierra.
Tierra sola,
alguien lleva flores muertas en la mano,
y dice vida, bajo la sombra de nubes errantes.

La nada, sustancia de tiempo,
frágil manantial, también solo.

No volverá el viajero que
sembrando anda, detenido,
en algún instante de la eternidad.

El viajero sembrador de caminos
humedece su lengua mientras reflexiona:

La vida y la muerte cantan ruidosamente
se contestan corriendo entre las rocas
que alargan sus brazos invisibles de repente
y sonríen con sus invisibles bocas.

De cuando en cuando entre las aguas,
el viajero abandonado en el paraíso perdido,
arroja sus pensamientos, y por fin
cae desde siempre, se desvanece;
fiel al antiguo rito solitario.

En algún momento
el viajero no vuelve
sus sentimientos fluyendo
con el murmullo del agua,


Viajero:
la tierra, retorna a la tierra,
vuelve al agua la espuma
o se evapora.
De la eternidad el hombre no vuelve
allá se queda.

Cuerpo
nube.
Piedra
rostro.
Aguamirada.



Enrique Soberanes

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