Remate de poesía 18

jueves, 27 de septiembre de 2018
Hay hombres cicatrices, cuyo oficio es vivir
y ser muestrario de lo que está por venir.

¡Ay! mirares comunes
¡Ay! monocromos murales,
¡Ay! añoro de cielos
¡Ay! mirar de curva
¡Ay! Retornos.
¡Ay! ¡Ay!

Duelen, duelen.
No es que escriba poesía,
la poesía me escribe a mí,
desde dentro,
son las personas que me hierven dentro
y ebullen como palabras,
no escribo, tan solo escucho
los paisajes perfectos,
los crímenes nunca resueltos.
Entre dientes y palmas apretadas escucho,
mi vida dentro.

A diario me acerco a mis ríos,
ahí lavo mi nombre, lo tiendo al sol, a diario.
Las paredes tienen versos,
los leo, yo no escribo,
me escriben,
alguien parecido a mí me escribe.
Ya no importa cómo me llamo.

Entonces ya soy gota de agua en el océano,
y tengo toda aquella forma que me rodea.

Ya sin nombre: contemplo,
son mis ojos nicho de alma,
ojos piedra carne corazón
palmo de madera y piel de hiedra
piel negra toda de tierra.

Se plisan las sonrisas.
Las tiendo sobre las cicatrices
encima de todos mis nombres.

Arrancada al tiempo mi risadehumo,
profusa profeta de la resistencia.

Yo no escribo,
tan solo exhibo mis cicatrices.
Sentado aquí dentro en una sala de espera
como en un santuario.

Si yo escribiera diría:
Cefalópodos.
Cirilo
caracolirio...
o su sonido de ventisca
en el borde, aquí:
donde persiste la risa.


E.S.

0 comentarios:

Publicar un comentario