MIRABA a mí alrededor,
después de mi respectiva dosis
de tetrahidrocannabinol,
y escuchaba solo bendiciones al ego,
palabra tras historia
repitiendo el pronombre “yo”.
Miraba todavía rostros nítidos
y platica mercantilista
sobrecogió trance
hasta hacerlo antidictatorial.
Entintaba mis dedos marcaletras,
torrentes de huesos en sangre.
Era mi pequeño baluarte
la poesía infinita de lo cotidiano.
Regreso mi mente
a cordura espacial de tiempo/orden,
a pesar de que mente contemplaba
tu presencia dentro de ausencia.
Torniquete/tortuga.
Títere/tortuga
Antropocosmos.
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