El Vampiro
Ruedan tus rizos lóbregos y
gruesos
por tus cándidas formas como un
río,
y esparzo en su raudal crespo y
sombrío
las rosas encendidas de mis besos.
En tanto que descojo los espesos
anillos, siento el roce leve y
frío
de tu mano, y un largo calosfrío
me recorre y penetra hasta los
huesos.
Tus pupilas caóticas y hurañas
estallan cuando escuchan el
suspiro
que sale desgarrando mis entrañas,
y mientras yo agonizo, tú,
sedienta,
finges un negro y pertinaz vampiro
que de mi ardiente sangre se
sustenta.
Efrén Rebolledo
El Vampiro
Ruedan tus rizos lóbregos y
gruesos
por tus cándidas formas como un
río,
y esparzo en su raudal crespo y
sombrío
las rosas encendidas de mis besos.
En tanto que descojo los espesos
anillos, siento el roce leve y
frío
de tu mano, y un largo calosfrío
me recorre y penetra hasta los
huesos.
Tus pupilas caóticas y hurañas
estallan cuando escuchan el
suspiro
que sale desgarrando mis entrañas,
y mientras yo agonizo, tú,
sedienta,
finges un negro y pertinaz vampiro
que de mi ardiente sangre se
sustenta.
Efrén Rebolledo
1 comentarios:
Genial.
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