Una trago entre párrafos.
Entre palabras aliento.
El pasado me colma muy rápido y es que no soy muy paciente con mis remordimientos... esos fantasmas viejos, sabanas raídas, que sé desde siempre falsos... pero me gusta cerrar los ojos de vez en cuando y aligerar mi canto en nubes de algodón pardo.
Me pienso.
De este país me dan miedo sus viejos vivos, sus tiros al aire, sus podridos huesos de papel, sus nuevas tumbas (alguna lleva ya mi nombre), sus cobardes... sus tiempos muertos, nuestra codicia de vida rosa, la inconsciencia, sus guerras intestinas de hambre y el poder flotando lejos...
Me da miedo una paz de silencio. Del nuestro. Me pasma la vulgaridad de sus intelectuales con billetes entre los libros. Sus comerciales de miedo.
Y es que ya bien lo decía Lowry, temblando seco bajo el volcán: "No hay paz que deje de pagar tributo al infierno"
Antes del acero fue pedernal, antes del plasma fue el caracol al oído y su silencio.
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