Autoconfesion...

Llega el tiempo muerto, aquel en que la razon no existe, ni la emocion y todo es un nada existente. Enfermo tiempo, si no muerto, enfermo de crisis propia, de absurdos actos. Sedentario pensamiento, mientras muros rojos se alzan en los ojos que no ven pero que sienten en las entrañas. Toca con las entrañas lo ajeno y sabra a hielo, a palido susurro del viento.

Es esto un recordatorio propio de la nulidad, del vacio que se contempla ¿así mismo?

Y del silencio.. ese reconfortante espacio en que somos realmente somos, aún que el mundo gire al reves. No importa...somos.

He suprimido demi ser el tacto del otro porque se vuelve violento un decir desde mi, desde esta sombra que se desgarra apenas pasa el viento.

Soy Fando y amé sin existir siquiera. No hay nada más que decir.